13 marzo, 2018

Comprando tiempo

Es curioso cómo el tiempo mediatiza todo en nuestra vida, y es factor clave en el devenir de cada uno de nosotros, siendo totalmente determinante en la mayor parte del resultado final de lo que al morir has podido o no has podido hacer, de la nota final que te vas a llevar en cuanto a qué has sido capaz de hacer con lo que te ha tocado, tanto en cuanto al cuerpo que te tocó, la genética que recibiste, el lugar donde naciste, la familia que te crió o las circunstancias que luego sobrevinieron.

No hablo del devenir del tiempo en sí, que eso no podemos pararlo y simplemente nos lleva desde un principio hasta un fin, sino del tiempo que tenemos a lo largo del día, de una semana, de un año, para hacer lo que nos dé la gana. Un ejemplo: ¿hubiera tenido tiempo Benito Pérez Galdós de escribir sus Episodios Nacionales, si en vez de ser hijo de un coronel del ejército y vivir una vida más o menos de clase media-alta, hubiera trabajado en la obra desde los 12 años? Pues probablemente no, y nos hubiéramos todos perdido una diversión increíble, pero así ha sido...



Eso me hace pensar que es 100% probable que muchas de las grandes obras de la historia se hayan perdido por no haber tenido tiempo libre sus autores en potencia para escribirlas; pero no sólo eso, sino que grandísimos investigadores se han perdido por haber tenido que trabajar en otra cosa, por no haber podido "perder" cierto tiempo en aprender de eso para que les picase la curiosidad. Y cuántos enormes deportistas no se habrán malogrado por no haber tenido tiempo para poder entrenar. Sí, el dinero también es clave a la hora de tener que trabajar, obviamente, pero aquí hablo de tener tiempo materialmente para emplearlo en eso, pudiendo hacerlo.

Cuántas madres no habrán podido desarrollar sus capacidades e inquietudes en la historia por no haber tenido tiempo alguno, al estar cuidando de sus familias... Pues sí, dependemos del tiempo al 100%, y los que no lo tenemos, perdemos mucho de lo que nosotros mismos podríamos llegar a ser, incluso de lo que somos.

Toda esta introducción, que casi me lleva al final del post, es para decir que hasta hoy hacía mucho tiempo que no tenía preparadas nuevas entradas en el blog para casi 2 meses; bueno, de hecho hace mucho que llega el día de publicar y no tengo nada preparado, o que incluso han pasado 2 semanas sin publicar por falta de tiempo material y luego a toda prisa me he puesto "obligado" para rellenar al menos la semana de entre medias. Sí, es duro reconocerlo y decirlo, pero literalmente no tengo tiempo para escribir, y eso se ha notado, pues los artículos eran puras obligaciones que tenía que resolver en pocos minutos, para no dejar el blog en barbecho, que ganas no me han faltado. La vida es así, y nos lleva por caminos complicados, en mi caso con demasiado trabajo, con alguna enfermedad no grave pero imposibilitadora, con problemas familiares, con cosas insignificantes al fin y al cabo para alguien del tercer mundo, pero que para los ricos sin corazón del primer mundo son una montaña inabarcable.

Pues bien, hace ya algún tiempo que decidí dejar una de las obligaciones laborales que tenía, y que me quitaba bastante tiempo (y salud), no dejándome literalmente espacio para nada durante el día, e incluso fines de semana, y hoy estoy viendo los frutos, pues al menos una vez entre semana voy siendo capaz de sentarme y contaros cómo vamos viendo la vida desde esta botella.

Bueno, sólo es una simple reflexión, casual, aprovechando que últimamente sí he conseguido fluir con más facilidad, con tiempo suficiente para pensar las cosas antes de vomitarlas aquí sin sentido; quizá cuando pasen estos 2 meses de artículos asegurados, vuelva a esa especie de crisis existencial productiva, quién sabe, o quizá la culpa sea de que el "procés" ya apenas sale en las noticias y nos deja pensar a los españolitos de a pie, quién sabe.

Mientras tanto, deseo tener tiempo, como antes tenía cuando las tardes no me ocupaban todos los días y publicaba dos veces a la semana, como quizá no vuelva a tener hasta los 70, y como siempre tenemos que quejarnos los que somos privilegiados porque vemos a otros que lo son más, quizá debiera sentir ese privilegio viendo que muchos no es que no tengan tiempo, es que lo deben, y lo pierden de su propio sueño, que eso también estoy haciendo yo. Sólo me falta un poco de vivir, que es la manera de tener luego qué contar, quizá esa es la clave, así que mientras pasa el tiempo, no dejemos pasar la oportunidad de vivirlo...

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